Ella

De fondo, el murmullo del tráfico en la autovía. Ya se ha acostumbrado, no resulta demasiado molesto. El paso del agua por los radiadores se hacer notar de un modo pausado. La lluvia repiquetea en los cristales de las ventanas, las terrazas están cubiertas de agua y se forma un charco en el centro de las mismas.

  Ningún vecino hace ruido alguno a estas horas. Ya se han ido todos a trabajar. Hasta el final de la tarde está sola en todo el edificio. Sola con su soledad. El murmullo sincopado del tráfico interrumpe de vez en cuando sus pensamientos. No quiere conectar la televisión ni la radio. No le aportan nada importante.

  Lo único vivo son sus recuerdos. La visitan a diario y le recuerdan muy bien quién es y quién ha sido. Están muy frescos, como si no hubiera transcurrido el tiempo. Los hay de varias clases. No se siente juzgada. Acepta su pasado como parte de sí misma, incrustado en su interior. Es lo que es.

  Le gusta mirar la fotografía que tiene sobre la mesa del salón. Está arrugada. Se la entregó la policía, la recogieron junto a la moto cuando fueron a identificarle. Desde entonces habla con él más que nunca. Ahora ya no discuten.
Falta una hora. Todo está recogido. Vendrán a llevárselo. Esta casa ya no es suya. Se despide sin lágrimas. Se impregna de olores, recuerdos, imágenes. Se irá en silencio. El tráfico continúa sin cesar.

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