Hola, Marta: lo has conseguido, eres la voz de tu padre, protagonista, que no héroe, como tú dices. Todo lo que cuentas de él se queda corto para expresar tu amor de hija, en representación de tu madre, hermanos y cuantos amigos siempre le recordarán. Médico en el Hospital de Alcalá de Henares.

            Se inmoló, como tantos otros sanitarios y cuidadores, entregándose a los demás. No sé si aprenderemos algo, somos duros de mollera, tercos, desagradecidos y desconsiderados, poniendo nuestros derechos por bandera y dando por supuesto que el que nos tiene que atender ha de hacerlo “porque para eso le pagan”. Y si miro hacia arriba, el argumento es similar: “eso va incluido en el sueldo” ¡Qué mal! ¿Tanto nos cuesta dar a cada uno el valor y el lugar que se merece? Por supuesto que conocía el riesgo, pero eso no hizo que  dejase de hacer su trabajo. Una vez que se infectó del coronavirus, se encerró en una habitación del domicilio familiar, sin permitiros contacto alguno con él, sufriendo los síntomas horribles que le llevaron, finalmente, a la muerte.

            Cubrir su hueco a nivel personal y familiar es imposible. A nivel profesional ¿cuántos años, estudio, esfuerzo e inversión para formar a tantos científicos, médicos, profesionales de todo tipo que se están yendo estos días tan terribles?

            El gran guerrero que luchó hasta desaparecer, que dejó amor y cuidado a los demás todo lo que pudo, estará orgullosa de ti, Marta.

            Te quiero.