Santander, 6/05/2020                         

Cuarto curso de escritura terapéutica. 15ª sesión. Online

Me acuerdo.

Esta tarde hemos decidido trabajar con nuestros recuerdos. Partiendo de los libros de Gerrges Perec y de Joe Brainard, con el mismo título, “Me acuerdo”, decidimos escribir aquellos recuerdos que asomasen a nuestra mente, sin pensarlos demasiado. Pido a los participantes del curso que escriban cien recuerdos. Doy suficiente tiempo para ello. Se trata de escribir frases aisladas, que comiencen por “me acuerdo…” Es un modo de viajar por el tiempo, por nuestra infancia, la adolescencias, las vivencias familiares, los lugares visitados y las experiencias variadas.

Esta es la  síntesis de la sesión de hoy. Hemos viajado a Nepal, Malta, Barcelona, Madrid, Colorado, al mar Mediterráneo. Hemos rememorado olores, colores y objetos; recordado nacimientos, bautizos, bodas, funerales y suicidios. Vida y muerte. Sonreímos, alguna vez con mueca, al recordar a hermanos, primos, abuelos y, especialmente, abuelas. Hemos viajado en motos, coches, aviones y trenes. Hemos desempolvado  el primer beso, cigarrillo o porro, los ascos al puré de espinacas, los cangrejos y los bocadillos de rabas.

  • Me acuerdo del azul turquesa del Mediterráneo. Recuerdo mis veranos jugando con los vecinos. Me acuerdo de mi abuelo. Me acuerdo del olor de verano, de cuando era niña. Me acuerdo de Nepal. Me acuerdo de los diarios con llave. Me acuerdo de los veranos interminables. Me acuerdo de tumbarme en la hierba, en los días soleados de los veranos de mi infancia, y mirar a las nubes, soñando despierto. Me acuerdo de las galletas con forma de dinosaurio. Me acuerdo de bodas y funerales de amigos. Me acuerdo de la cámara oscura. Me acuerdo de mi  abuela muerta. Me acuerdo de mi primer beso. Me acuerdo  de mis peleas ninja imaginarias. Me acuerdo de los veranos con mis primas. Me acuerdo de cómo odiaba los veranos porque tenía que ir con pantalón corto. Me acuerdo de los castigos. Me acuerdo del hielo que se formaba en los charcos. Me acuerdo de mi primer viaje en avión. Me acuerdo del olor de las calles de Bilbao. Me acuerdo de la lambretta que tenía mi padre. Me acuerdo de fumar en casetas con otros chavales. Me acuerdo del gaitero que tocó mientras yo dormía. Me acuerdo de las náuseas  que me provocaba el puré de espinacas. Me acuerdo de plantar lentejas en yogures. Me acuerdo de la primera vez que vi el mar. Me acuerdo de mi madre cantando Lady Pepa. Me acuerdo de mis amigos de Malta. Me acuerdo de mi hámster y mi cobaya. Me acuerdo del descapotable de Dani. Me acuerdo de la Virgen del Mar y de los ejercicios espirituales. Me acuerdo de un hijo de puta. Me acuerdo de subirme a los tejados. Me acuerdo del olor a libertad en los campos segados. Me acuerdo del olor a muerte en mi casa. Me acuerdo de la carbonilla que entraba por la ventanilla durante mi primer viaje en tren. Me acuerdo de enamorarme como en las películas. Me acuerdo de comer cangrejos. Me acuerdo de mi primer nevada en Colorado. Me acuerdo de los veranos en Monzón. Me acuerdo de cuando se suicidó mi vecina. Me acuerdo de pedir por la calle tocando la flauta. Me acuerdo  de las noches de cervezas y rock and roll. Me acuerdo de las piscinas naturales. Me acuerdo de cuando cazaba ratas. Me acuerdo de mi  primer viaje a Samaná. Me acuerdo de los paseos cogidos de la mano.

¿De qué te has dado cuenta al recuperar estos recuerdos?

  • Me de dado cuenta de que la mayoría de mis recuerdos proceden de la época de mi infancia y me resultan agradables. Me he dado cuenta de lo que me ha costado realizar este ejercicio. Me he dado cuenta de lo que me he dejado sin poner. No he escrito los que me han hecho daño. Voy a escribir después a mi amiga. Me he dado cuenta de que me enredo en recuerdos negativos. Me he dado cuenta de que tengo un filón de recuerdos. Me de dado cuenta de que al acordarme de cosas de pequeño, las puedo utilizar ahora para relajarme o trabajar con ellos de diferente forma. Me he dado cuenta de que me acuerdo de muchas cosas, de recuerdos a los que no recurro, de que he vivido mucho y no me hacen falta las fotografías. Me he dado cuenta de que no solo hay malos recuerdos y de que los más triviales son a veces los más interesantes. Me he dado cuenta de cuántas cosas recuerdo desde mi niñez y la importancia de la memoria Me he dado cuenta de que mis recuerdos van por etapa y sitios: Malta, Barcelona, Madrid, Buenos Aires, Santander. Me he dado cuenta de que estos ejercicios me están ayudando mucho a identificar muchas cosas de mi vida. Me he dado cuenta de que las vivencias de hoy serán los recuerdos de mañana.