Buenas noches. Hoy quiero escribirte sobre el color rojo. Ayer lo hice sobre el azul, hoy le toca a este color. Espero que sea de tu agrado.

Rojo es el primer color al que dimos nombre, el más antiguo de todos, el color por antonomasia. Agrada tanto a hombres como a mujeres. La mayoría de los niños lo eligen como favorito. Es el color del fuego y la sangre, símbolos universales de todas las pasiones. Nos ponemos rojos de ira  porque la sangre se altera y todo lo vemos rojo. Se nos enrojece el rostro por timidez o enamoramiento. Pintamos corazones de rojo, compramos rosas rojas para la amada y utilizamos cartas rojas para el amor. Asociamos colores y sentimientos. Los días rojos del calendario son nuestros preferidos: son festivos. Y en cuanto a animales, tenemos un escarabajo rojo: la graciosa y útil mariquita, que elimina nuestros pulgones.

           Rojo es sangre, morada del alma. Era el precio para contentar a los dioses y también motivo de difamación. Los primitivos cristianos, primero, y los judíos después, eran calumniados con la acusación de que el vino tinto de sus celebraciones era en realidad  la sangre de niños asesinados. Los griegos vertían sangre en las tumbas para que los difuntos tuvieran más fuerza en el más allá. Los gladiadores romanos  bebían la sangre de las heridas de sus adversarios moribundos para recibir su fuerza. Un faraón de Egipto exigió la sangre de ciento cincuenta niños para beberla y curarse así de la lepra. El simbolismo sigue actual en la Eucaristía cristiana: “Tomad y bebed, que ésta es mi sangre”. Nosotros la donamos y la recibimos. En los hospitales se realizan extracciones, la meten en bolsas y la refrigeran, esperando que otras personas la necesiten. Sigue siendo fuente de vida, de amor, de amistad y solidaridad. Cruz Roja Internacional. Luna Roja Internacional.

        Rojo es fuego. Los colores de las llamas son el rojo, el amarillo y el naranja. El fuego hace desaparecer el frio, ahuyenta los poderes de las tinieblas y a las fieras en el bosque, purifica todo, es la imagen del mismo Dios en todas las religiones. El rojo es un color masculino, el color de la fuerza, la actividad y la agresividad, el rojo luminoso y sanguíneo de la carne. Hay un rojo femenino: el rojo oscuro, simbolizando la sangre de la menstruación.

      Rojo es felicidad. Así lo consideran en China. Es el color dominante en la mayoría de sus restaurantes. Cuelgan carteles rojos con letras doradas en año nuevo. Regalan dinero a los niños en bolsas rojas. Y también huevos en Pascua, siempre rojos. Los niños chinos visten de rojo, como Papá Noel y San Nicolás. Si recuerdas la novela de Pearl S. Buck Viento del Este, viento del Oeste, una mujer china se espanta al comprobar que la ropa interior y de cama de los niños  estadounidenses es blanca, el color de la muerte, y no de rojo, como en su país. Ella se casan de rojo, como las hindúes.

          Rojo es color de guerra. A Marte, dios de la guerra, se le atribuía el color rojo, el de la sangre, por eso Marte es el “planeta rojo”. El rojo da fuerza, por eso los guerreros se vestían o pintaban con ese color. Casi todos los uniformes históricos son de ese color: los beefeaters del palacio de Buckingham o la guardia suiza del Papa. También el aeroplano rojo – para atraer al enemigo – de von Richthofen, el “barón rojo”, el cual derribó ochenta aeroplanos en la primera Guerra Mundial, antes de ser abatido él mismo.

          Rojo es política. Es el color más frecuente en las banderas por ser el más vistoso y estable. En 1792 los jacobinos lo usaron en la bandera de la libertad. En 1834, en Lyon, la bandera de la libertad se convirtió en la bandera del movimiento obrero. En la revolución rusa de 1907 paso a ser la bandera del comunismo y socialismo. Hitler eligió el rojo de fondo por su referencia psicológica al movimiento obrero.

        Rojo es velocidad. Los automóviles rojos son muy llamativos, no todo el mundo se atreve a comprar un coche de ese color. Suele utilizarse en los coches rápidos, potentes. Si nos saltamos un semáforo en rojo sabemos que nos caerá una buena multa. Y si el coche es rojo y deportivo… La idea de peligro se lleva al interior: una bombilla roja que se enciende indica peligro, avería.

       Rojo es sexualidad. Rojo-violeta-rosa es el acorde típico de la sexualidad. No ha sido muy utilizado en la moda salvo en el pop art en los setenta. El rojo también es el color de lo inmoral: el color de las meretrices, de los night clubs. El cabello pelirrojo era despreciado, las mujeres pelirrojas temían ser quemadas por brujas. Los hombres pelirrojos estaban ligados al diablo. En Irlanda, donde hay muchas personas pelirrojas, la cosa cambia. Las barras de labios rojas se usan para parecer más pasionales, con más sangre. En una canción de la ópera Carmina Burana se dice: “Vendedor, dame color”. Naturalmente, se trata del rojo.

         Rojo es poder. Carlomagno hizo pintar de un rojo brillante su palacio imperial y la catedral donde estaba su trono, en Aquisgrán, a noventa kilómetros de Bonn y a kilómetros de Maastrich. Era su manera de demostrar su supremacía sobre la iglesia: lo que era de rojo pertenecía al emperador. El rojo más noble es el rojo púrpura, el de  los mantos reales y cardenalicios. Fue el color más caro en la antigüedad, de fórmula secreta en Bizancio. Con la caída de Constantinopla las telas más ricas se tiñeron con el segundo color más caro: el púrpura rojo. Este se obtenía de los quermes, insectos parecidos a las cochinillas. Un kilo de quermes daba para diez kilos de lana. El nombre derivó en carmesí y carmín. También se usó en medicina en forma de jarabes.

            Rojo es cercanía. En los cuadros, habitualmente está en un primer plano. Si el pintor lo sitúa en el fondo es porque no desea darle profundidad a esa obra. Jan van Eyck pintó uno de los cuadros más célebres del mundo, actualmente en la National Gallery de Londres: El Matrimonio Arnolfini. Se trata de unos burgueses adinerados que pueden permitirse ser retratados por dicho artista. El lleva una túnica parda y ella un traje verde. No pueden usar el rojo, la ley no se lo permite, pero sí pueden tener una cama y unas cortinas rojas para combatir el mal de ojo. Holanda consiguió cultivar granza de menor calidad y de eso modo se abarató su uso. Al poco se trajo el rojo de las cochinillas mayas por los marinos españoles.    

            Rojo es moda. En otras épocas de la historia, el color de las ropas no era cuestión de gusto o de moda, sino un símbolo de estatus. Nadie podía vestir más lujosamente que lo permitido a su clase social. Cuanto más tejido tuvieran las ropas más rico se era. En cuanto al color, la norma dictaba colores apagados para los pobres y brillantes para los ricos. El rojo lo usaban estos últimos, quedando prohibido para los primeros. Cuando la nobleza perdió su poder económico también perdió el privilegio de usar la capa roja.

            Rojo es tendencia. Los expertos en moda lo estudian con precisión y definen con anterioridad y exactitud del Pantone el color que será tendencia en la próxima temporada. Pasional seductor, el colorado –como suelen llamarlo muchos estilistas y diseñadores es uno de los grandes clásicos y llena pasarelas y vidrieras. Podemos optar por un look total o combinarlo con distintos colores. Una combinación clásica es rojo y gris, igual que la novela de Delibes Señora de rojo sobre fondo gris. No todo el mundo se atreve a vestirlo, pese a que va con cualquier color, pues las normas clásicas de combinación ya no rigen, pudiendo combinar rojo con rosa o fucsia.         

             Rojo es nochevieja. Ese día tenemos una cita tú yo. Despediremos juntos el año, quemaremos los malos recuerdos, usaremos ropa interior roja, tomaremos cava y un buen plato de lentejas o lombarda, caracoles o langostinos. Lo que quieras.

          Pero no te olvides, te espero.

            Un abrazo, amigo. Un abrazo, amiga.